Tus domingos bipolares se convirtieron en lunes astrománticos. Y las noches en días y los días en noches. Y la pena tonta que no entiendes dejó de ser pena para convertirse en nada. Un montón de segundos de julio que echarás de menos dentro de poco. Pero que por ahora saben tan tan bien que no necesitas ni haber dormido, ni camas sin hacer, ni a él.

No hay comentarios: