Estoy en un café esperándolo,
Llega tarde.
Pero sólo un minuto,
nada grave.
Así que primera etapa:
Amar la tardanza del otro.
Lo hace humano,
le da sex-appeal.
Segunda etapa:
Comprobando mi agenda. Ya sabes,
preguntándome.
Quizá es un error mío.
Invento escenarios.
Me veo llegando tarde
a otro café.
Así que miro dónde estoy
y es en el sitio correcto.
Pasan 32 minutos.
Tercera etapa:
Me digo que no me
importa esperar.
Me entretengo, leo.
Finjo leer.
La misma frase.
Voy al baño, pido algo.
Lo odio.
Lo insulto mentalmente.
Pienso en palabras bonitas
para cuando llegue.
39 minutos.
Llega.
Con sobrealiento.
Bellisimo.
Mucho tráfico.
Sí.
Lo disculpo. Me digo
que es normal que llegue tarde.
Porque...
Porque soy débil y...
alguien a quien pones en un pedestal
siempre tiene razón.
Qué mierda.
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