Cuando el amor no es como debería ser



Se conocieron porque así lo quiso el destino
O tal vez los unió la casualidad.
Él, triste, espiritual y con miedo al amor.
Ella, increíble, tropezada, hecha de cierta irrealidad.
Él supo al instante que ella tocaba el alma.
Ambos andaban extraviados en el mundo buscando por algo menos real.
En sus ojos ella chispeaba haciendo contacto directo en el corazón, 

doliéndole que la sangre de su cuerpo latiera por otro,

Ella tardó en comprender la afinidad de sus almas,
Hasta que las tardes se consumieron en el calor de sus cuerpos 

y las vibraciones musicales del jazz

En olor a vainilla, intercambios de miradas, juegos intensos y cigarros.
Ella sabía que él quería quemarse en su piel,
Y que sus almas se entendieron ese primer momento en que se vieron el uno al otro,
Se encendieron.
Y por creer que se hacía menos daños al corazón,
Ella se volvió a su antiguo compañero de cama.
Él cayó.  Se abrió una puerta,  desvaneció su alma.

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