se deslizaban bajo mi falda,
se mordía los labios, sus rosados labios
pensando en que posición me iba a poner esa noche,
yo bajaba la mirada mientras sus manos ya agarraban con fervor mis nalgas,
no llegare a esta noche, pensaba,
a este paso su pene estará dentro de mi mas rápido de lo que pueda viajar el sonido de un orgasmo a puertas cerradas,
el calor se me acumulaba en el pecho,
mis pequeños senos se hinchaban haciendo brotar mis pezones por encima de la fina tela que los cubría,
no existiría alivio para mi boca mas que el de su sexo,
sentía punzante el brillo de su mirada sobre mi espalda,
me pesaba sobre el cuerpo su respiración,
hazlo ya, hazlo ya
arde mi sangre, abre mis piernas, muerde mis pezones
estoy mas dispuesta que el sol en una tarde de domingo.
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